lunes, 14 de junio de 2010

Para mi mamá que le gusta cuando escribo cosas con la palabra JESÚS

Ilustración: Waldo Longo

Sentado con tres de mis menos peores amigos en el más peor puterío del hemisferio sur-occidental, en una Noche Buena de los noventa. No fue un año benévolo; corazones rotos por todos lados. Tomando whisky del peor. Hielos marrones.

En una de las mesas adyacentes se arma una pelea espesa entre dos trabajadoras sexuales. Se pelean por el corazón de un comisario que está ahí para celebrar el nacimiento del niñito Jesús (para vos Má).

El polizonte está con el uniforme matemáticamente planchado, corte de pelo petitero y arma de fuego brillosa aluminio; disfrutando de los tirones de pelo y uñas en los ojos en su honor, picho como pocos. De repente la pelea sube tres cambios y se gradúa de meramente simpaticona a posible tapa de Crónica del día siguiente.

Puta #1: ¡Vos no te vayas a hablarme así, yo soy chica de familia!

La chica de familia rompe una Pilsen tres cuartos contra la mesa.Birra fría sacrificada al éter.

Puta #2: ¡¿A quién lo que vos le vas a clavar con eso?! ¡Aurelio, dame tu pistola!

Aurelio (El Comisario): ¡¿Ndé tarová mbaé?!

Aurelio calma los ánimos con un certero bife a Puta #2 quien osó extender la mano hacia su imponente revólver. Por la forma en que, ni el melancólico matón cerca de la puerta ni el muñeco detrás de la barra se inmutaron, deduzco que Aurelio es el que manda acá. Y sí, era de esperarse.

Ya enfriado el culebrón, nuestras atenciones vuelven a nuestros vasos de güisqui. Rolo, mi mejor amigo, hace un brindis.

Rolo: ¡Por la concha de Mariela, salud!

Salud Rolo, salud hermano del alma, en serio…
y ahí mismo se acabo lo poco bueno que tuvo para ofrecernos esa mala Noche Buena.

Ñato (llamémosle así) se sienta en nuestra mesa, los 36 pedos que tiene encima se sientan con él. Este tipo es el mismo que hace unos segundos estaba en la mesa de Aurelio compartiendo las festividades. Amigo de ley.

Ñato: Lo Bitles…

Éramos cuatro. Ñato nos va apuntando a uno por uno. Asignándonos nuestro respectivo fab four.

Ñato: Yorr Harrison......Yon Lenin.....Ringo Estar....................................Yorr Harrison!

Todo grupo tiene su pelotudo. El nuestro se llamaba Alexis.
Él fue el que escupió su güisqui para abrirle paso a su risa de hiena. Y ahí Rolo tomó ánimo para decir lo que, en algún lugar desde el inicio de los tiempos, estaba escrito que él tenía que decir en ese preciso momento.

Rolo: Paul McCartney!

Ñato saca navaja y veo a mi mejor amigo morir a un brazo de distancia. En algún lugar hace miles de años y en ese preciso segundo, nacía el niño Jesús.

Media hora después frente al bulín, las luces de sirenas iluminan en una secuencia poéticamente sincronizada, un grafiti plasmado en una muralla vecina. Más que un grafiti es una especie de literatura. La recuerdo nítidamente por el resto de mi vida.

LA MUJER DE SOMBRA AZUL

SE NIEGA A COBRARME

Y POR CADA CALLE QUE VOY

TENGO QUE VOLVER POR DOS

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